¿Tienes 537 capturas de pantalla que juraste revisar “más tarde”? Bienvenida al club. Guardamos ideas, recetas, enlaces, looks, frases motivacionales y carritos de compra que jamás volveremos a abrir. No es desorden, es optimismo digital desbordado.
Capturadora compulsiva
Dicen que el Diógenes digital existe. Y yo estoy segura de que vive en mi galería de fotos, específicamente en la carpeta de capturas de pantalla.
Capturas de ideas para reformar el baño. Capturas de memes para mandar “en el momento perfecto” (que nunca llega). Capturas de productos que “voy a buscar más barato en otra web”. Capturas de tips que me cambiarán la vida en cuanto los lea… algún día.
Tengo capturas de cosas que ni recuerdo por qué guardé. Algunas hasta llevan fecha de 2020. Lo más triste es que si me desaparezco misteriosamente, alguien pensará que estaba planeando abrir un vivero, una papelería coreana o un canal de cocina con temática vikingo-vegana. Pero no, solo soy yo. Yo y mis sueños capturados.
Hablando en serio (pero con cariño digital)
El síndrome de guardar para después no es solo digital. A veces también acumulamos ideas, planes, pendientes, y los dejamos en pausa eterna mientras seguimos sumando cosas que “deberíamos” hacer.
No pasa nada por no llegar a todo, pero quizá va siendo hora de revisar esas carpetas —reales o mentales— y preguntarnos: ¿qué sigo guardando por si acaso? ¿qué me ilusionó en su momento y hoy solo ocupa espacio? ¿qué puedo soltar?
Y si algo te sigue emocionando cuando vuelves a verlo, ¡hazle sitio! No como un “algún día”, sino como un pequeño paso hoy. Y si no… eliminar y a otra cosa.
Porque acumular por si acaso está bien. Pero vivir por si SÍ, está mucho mejor.
Y eso es todo por hoy 🙂
Espero que te haya gustado y siéntete libre de comentar y/o compartirlo donde quieras.
Gracias por leerme 🙂