¿Y si dejamos de querer ser “los mejores” y empezamos a ser simplemente… mejores que ayer? A veces nos liamos comparándonos con todo el mundo, cuando en realidad lo importante es avanzar a nuestro ritmo (y sin reventar como un globo presionado).
De globos va la cosa
Vi esta imagen de dos globos y no pude evitar pensar: aquí falta un tercer globo desinflado en el suelo con cara de “yo solo quería flotar sin presiones”. Porque claro, la metáfora es preciosa: no te compares con los demás, no apuntes a ser “el mejor”, simplemente sigue mejorando.
Pero siendo honesta: ¿quién no ha querido ser el globo más brillante de la fiesta alguna vez? ¿O por lo menos el que no se queda pegado al techo del salón por error?
Yo he apuntado a mejorar y he terminado con tres cursos online empezados, dos libros de productividad subrayados y una hoja de cálculo con colores que ni sé qué significan. ¿Resultado? El mismo globo, pero ahora con ansiedad de alto rendimiento.
Hablando en serio (pero sin pinchar el globo)
La imagen tiene un mensaje poderoso: no hace falta competir con el mundo entero. No hace falta ser la mejor, ni la más rápida, ni tener la agenda más organizada de Notion. Lo que cuenta es seguir avanzando. A tu ritmo. A tu manera. Y con pausas, si las necesitas.
A veces confundimos “mejorar” con “no parar nunca”. Pero mejorar también puede ser soltar, descansar, no exigirte tanto. Puede ser dejar de compararte. O dejar de pensar que si no haces yoga al amanecer mientras planeas tu imperio digital, estás perdiendo el tiempo.
Así que sí, apunta a mejorar. Pero sin convertirte en una versión azul y estresada de ti misma. Porque mejorar no siempre es subir más alto. A veces es encontrar un lugar donde flotar tranquila, aunque sea bajito.
Y eso es todo por hoy 🙂
Espero que te haya gustado y siéntete libre de comentar y/o compartirlo donde quieras.
Gracias por leerme 🙂